No lo sabes bien hasta que lo sientes. Alguien al que admiras, alguien inalcanzable. Alguien que, esta vez literalmente, está lejos de ti. Alguien al que cada día que pasa quieres más. Alguien por el que ardes de dolor por dentro.
Y cuando te quieres dar cuenta, tus deseos son tu peor enemigo, como una droga que te consume cada vez más y más y más.
Ahora ya no hay marcha atrás. Millones de veces has deseado no haberle conocido. No haberle escuchado. No haberle sentido.
Y cuando te quieres dar cuenta, tus deseos son tu peor enemigo, como una droga que te consume cada vez más y más y más.
Ahora ya no hay marcha atrás. Millones de veces has deseado no haberle conocido. No haberle escuchado. No haberle sentido.
El amor platónico es una expresión que se refiere a la visión filosófica que tuvo Platón acerca de ese sentimiento. Esta denominación significa comúnmente el afecto físico no correspondido, y el cual solamente se queda como un ideal.
Propiamente hablando, y según la filosofía de Platón, es la motivación (o empuje) que lleva al conocimiento de una idea y a la contemplación de la misma, y que varía desde la apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia. Es una forma de amor y amistad en que no hay un elemento sexual (una vez alcanzado el encuentro sexual deja de ser amor platónico) o este se da de forma mental, imaginativa o ideal, y no de forma física.
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